En 1941 Agustín Elorza y Avelina García abrieron el restaurante «El Chato» en la Eixample barcelonesa. Él había llegado a Cataluña desde una aldea cercana a Vitoria y ella desde Briones, La Rioja. En esa época el barrio era el centro neurálgico de los transportistas vascos y estos eran la principal clientela del restaurante. Con el tiempo las empresas de transportes fueron cerrando y llegó el momento de modernizarse. Fue entonces cuando Agustín y Eva Miquel, hijo y nuera de los fundadores, tomaron el relevo y fueron cambiando el estilo del local para hacerlo más confortable. Poco a poco fueron introduciendo nuevos platos, tanto de influencia catalana como internacional, sin por ello abandonar los clásicos de la cocina vasca que hacen las delicias de un público que valora tanto la buena cocina como el trato familiar.

El restaurante dispone de una abundante selección de entrantes, tanto fríos como calientes, entre los que cabe destacar el jamón ibérico, las anchoas del cantábrico «lolín 0’0», las alubias pintas, las alubias blancas con almejas o las vieiras con alcachofas. Como segundos muy interesantes podemos decantarnos por sus carnes de excelente calidad, por el rabo de buey, por su famoso steak tartar o bien por los tradicionales merluza a la vasca y bacalao al pil-pil. Además, cuentan con una amplia carta de vinos y, si son de los que se reservan para el final, disponen de una nutrida carta de postres artesanales y helados caseros.

¡Que aproveche!